sábado, abril 07, 2007

La noche en que Paquirrín asistió, de forma involuntaria, al concierto de los electrodomésticos

(Este post es en directo, en rigurosísimo directo. No era intención del autor tirar hoy de la cadena de Blogger para recrearse en su fétida obra, no tenía - de hecho, no tiene - ánimos o ganas que combustionen los resortes de su pueril mecánica creadora; sin embargo, han bastado un par de destellos de la caja gris para - vaya - equilibrarle la náusea y, decididamente, empujarlo a arremeter contra ciertos molinos miserables.
Chukrut.)


Aburrido. Estás aburrido. El reloj se despereza en la pared y la cerveza gotea hacia dentro en el interior de la lata, casi vacía. No estás enfermo, pero como si lo estuvieras. Nadie te ha roto el corazón, pero como si te lo hubieran roto. Afuera no llueve y es como si lloviese; allí, y aquí, en casa, en el mundo interior, llueve sin lluvia. Más que lluvia tormenta, tormenta sin truenos pero con lluvia, con lluvia y con nubes negras.
Lluvia.
Lluvia.

Lluvia.

Piensas en qué hora y es y decides que no te importa.
Piensas en coger en el teléfono y el vértigo invade el sofá.
Quieres un café. Quieres algo más que un café. Quieres que se haga solo. Que aparezca de repente.
Quieres beber pero no tienes sed; estás perdido, amigo, al menos durante esta noche, estás perdido.

La tele, al igual que tu cabeza, suena sin ser escuchada. Porque son las once y empieza el concierto.
El ordenador runrunea como un gato magullado; la mula trabaja y las horas de recalentamiento pasan factura. Es una "R". Rrrrrrrrr. Una "R" cálida, cariñosa, caliente como la propia temperatura del ordenador. El sonido podría ser hasta relajante si la barba de dos días no picara tanto.
El ojo, LOS ojos, se te retuercen contra la pared. Cada gotita de pintura blanca, cada grumo, cada tumorcito. Aooooommmhh. Cada pringosa protuberancia que sobresale por los tabiques te hipnotiza, te abduce. No sabía que había tantos, dices, no sabía que había tantos grumitos.
Tantos grumitos.
Tantas imperfecciones.

«Paquirrín entra en un club junto a unos amigos.»*

¡¿Qué?!
Dolce Vita, telecinco. Imágenes borrosas, de paparazzi indeciso. Píxels, grises, oscuridades, arbustos. Madrugada, luces fosforitas. Y al fondo, oportunamente iluminados por una farola, un grupito de amigos del que sobresale un hipertrofiado montón de carne embutido en una aceitosa camiseta XXL.

«Paquirrín sale del club para sacar dinero y luego vuelve a entrar.»

¡Oh! Hijos de puta. Cómo se atreven. Ratas. Ratas perniciosas. Carroñeros.
¿Cómo pueden ser tan crueles? Es sólo un niño, en el fondo es sólo un niño, piensas. Porque te parece increíble. Te parece increíble que agredan así a un personaje tan indefenso. Porque Kiko (así es como hay que llamarle) es un pobre chiquillo indefenso. Indefenso, repites, indefenso. Y la lavadora asiente taladrando las baldosas de la cocina con su ritual. TRRRRRRRR. Aquí también hay erres. Erres fuertes. Y tés. TRRRRRRR. Centrifugado programado. TRRRR.

«¿Está cayendo Paquirrín en la mala vida?.»

Hijos de puta.
Encolerizadas las manos, las piernas inquietas en el sofá. Encolerizados los nervios y el escaso vello que puebla tus brazos y se eriza. Irritación. Enfado. Y el ordenador acelera su recarga: RRRRRR. Y la estufa, la estufa que asfixia este frío enrarecido, chupando voltios, sosteniendo sobre sí una bandeja con comida, responde aullando un hilillo de robótica voz de protesta. HCCCCCCCCC. El concierto y la depresión y Paquirrín y las paredes que pringan, ¡pringan! Un mosquito. Un raquítico mosquito que aplastas con la zapatilla.
Apaga la puta tele y duerme.

Joder.

* Los rótulos son verídicos y literales; corresponden al programa Dolce Vita del Sábado 7 de Abril del 2007.


21 :

Blogger Juan Manuel de Prada Excretó esto...

Jajajajaja.

Depresión representada mediante frío, mediante obsesiva fijación por nimias cotidianidades y por un elemento supuestamente absurdo o surrealista como ese concierto de electrodomésticos. Patético. Infantil.

Me da hasta vergüenza criticarlo. me invade una habitual enfermedad llamada piedad. Típico, tratándose usted de una rara avis fácilmente reconocible entre las masas. No es un idiota, señor 6dedos. Es un iluminado con aspiraciones. Pero se queda en mediocre. Siempre mediocre.

Mediocre 6dedos.

Su estilo es lastimoso. Es usted un peligro. Un peligro para los jóvenes, que se creen que esa agilización de la lectura que usted practica, ese "voy a ser directo". Ese monologuear interiormente aunque tenga que narrar en tercera como la señora Paca compra el pan.
Me produce usted náuseas.

Náuseas.

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

La verdad es que es bastante gracioso.

El reloj se despereza en la pared y la cerveza gotea hacia dentro en el interior de la lata, casi vacía. No estás enfermo, pero como si lo estuvieras. Nadie te ha roto el corazón, pero como si te lo hubieran roto. Afuera no llueve y es como si lloviese; allí, y aquí, en casa, en el mundo interior, llueve sin lluvia. Más que lluvia tormenta, tormenta sin truenos pero con lluvia, con lluvia y con nubes negras.

Ja, ja, ja. Es que me parto.
La pregunta es: ¿este cretino de verdad se siente así o se veía de verdad agobiado, exijido, por escribir un post? ¿Eh?

No sé cual de las dos opciones me hace más gracia.

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Yo sí lo sé, Tuerto Izquierdo.

La segunda.

xD

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Mis padres me llamaron Hugo.

Adivíname la cara.

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

xD xD xD xD

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Juan Manuel de Prada Excretó esto...

Donde dije: me invade una habitual enfermedad llamada piedad.

Quería decir: Me invade una habitual enfermedad llamada piedad.

Y donde dije: Un peligro para los jóvenes, que se creen que esa agilización de la lectura que usted practica (...)

Quería decir: Un peligro para los jóvenes, que se creen esa agilización de la lectura que usted practica (...)

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Feixista !

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Juan Manuel de Prada Excretó esto...

¿Que pasa? El que tiene boca se equivoca.

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Digo yo, que aquí en LaEstufa podríamos dedicarnos a menesteres más seriosos, y así, por ejemplo, aprender una lección marxista: el fetichismo de la mercancía. Para Marx este fetichismo no se da en lo que nosotros pensamos sino en la manera en la que actuamos. Por ejemplo, todos sabemos que no hay nada mágico en el dinero, que es solo un pedazo de papel que te da acceso a una porción del PBI. Pero el fetichismo se da en la manera en que interactuamos en el mercado y ahí nos comportamos como si creyéramos en la magia. Nunca más que ahora es acertado el descubrimiento de Freud que no plantea la tópica en el sentido de que tenemos una conciencia oficial y una creencia reprimida que puede salir a luz sino que por el contrario nosotros nos creemos personas ilustradas no creyentes, iluministas pero nos comportamos como si creyéramos en la magia. Tomemos por ejemplo los racistas liberales que encontramos en todos lados en Internet. Déjenme, Camilo, Tuerto, Presidenta, la chica del sombrero y compañías, que les explique esto con más detenimiento. Oficialmente ustedes no saben que son racistas porque respetan al otro, etc. Por ejemplo, cada vez que me encuentro con uno de esos académicos norteamericanos muy políticamente correcto cuando veo cuando como se comportan con personas de otra raza no puedo dejar de percibir que se relacionan con mucha tensión y que en realidad su sentimiento inconciente es racista. Les voy a dar un ejemplo muy ordinario extraído de uno de mis libros. Me impacto mucho las diferencias de estructura que había en la estructura de los baños en Alemania, en Francia y en EEUU. Como probablemente sepan ustedes, en Francia el agujero por el cual desaparecen los excrementos esta allí detrás como para que desaparezca lo más rápidamente de la visión. En los antiguos baños alemanes se constata un viejo ritual alemán, que en ese agujero de los inodoros está adelante como para que uno no solamente pueda oler los excrementos sino que de paso, pueda hacerse un control de salud y demás.... Los inodoros norteamericanos están llenos de agua, como para que los excrementos floten por ahí. Yo he leído tres libros sobre la comprensión de los inodoros. Es increíble como no se puede encontrar una justificación para estas diferencias. Todos tratan de argumentar de manera instrumental, cual es mas práctico y demás, pero mi lectura aquí es de corte mucho más ideológico. Desde fines del Siglo XVIII se presenta esta idea de la trinidad espiritual europea. Se da el tema de la economía inglesa, la política francesa, y la metafísica y poesía alemanas. Pero acaso, ¿no encontramos justamente eso en la estructura de los inodoros?. El enfoque francés es revolucionario (el agujero allá atrás debería desaparecer y ser liquidado lo más rápido posible. El estilo anglosajón es práctico, económico: agua y demás. El estilo alemán, con lo que refleja, tienen una actitud poética. Si bien esta lectura ha sido un poco rápida tengan esto en cuenta cuando tengan una clase magistral y alguien les hable del fin de las ideologías, piensen que apenas termina la clase y esa persona va al baño, ingresa en la ideología.

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Juan Manuel de Prada Excretó esto...

¿Eso que es? ¿Un pedo?

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Pepe Blanco Excretó esto...

Ji Ji Ji Ji Ji....

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Gamberros, dejen de armar barullo.

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Feixista!

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Juan Manuel de Prada Excretó esto...

¡Cállate tú, Clueco, moro de mierda!

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Pues a mí me ha parecido un post precioso.

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Camilo de Ory Excretó esto...

Yo el jueves vi a Maite Zaldívar en persona presente. Está gordísima toda ella, especialmente en las partes de la barriga.

Estaba (ella) en su franquicia de Adolfo Domínguez de La Cañada de Marbella, haciendo como que trabajaba para enternecer judiciales corazones.

La gente se agolpaba en la puera para verla.

No hay foto.

Paquirrín siempre me ha parecido un muchacho noble y sensato.

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Camilo de Ory Excretó esto...

Puerta.

En la puerta.

"Puera" significa fémina menor de edad en latín, y yo no hago esas cosas, señor juez.

Luego me fui a Puero Banús y vi a Luis del Olmo, que es muy alto.

domingo, 08 abril, 2007  
Blogger Camilo de Ory Excretó esto...

A Puerto Banús.

"Puero" es un varón menor de edad, y eso sí que ni de coña.

Lo otro sí, si no hay fotógrafos.

Y si se dejan, que ésa es otra.

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Luego vi a Luis del Olmo, que es muy alto.

¿A QUE SÍ?

Yo me quedé muerto la primera vez que me encontré con él. Me sentí un pequeño Billy Crystal a su lado.

¿Verdad que uno se lo imagina más bajo? ¿Verdad que uno se lo imagina más cochambre? El hijoputah va de Dandy, aún encima. A mí me daban ganas de decirle:
- Pútrido viejo, ¿ande se ha visto un dandy con esas piernas que parecen pértigas, cabrón?

No le dirigí la palabra en toda la noche.

Y ya que estamos de anecdotario periodístico, le emplazo a que, algún día, quizá un par de posts más adelante, me pida que le cuente mi encuentro con Matías Prats padre.

Suyo, afectísimo,
BZ

domingo, 08 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Y digo yo, si no tenía mejor plan, ¿por qué no siguió el ejemplo de Paquirrín y se entregó a la lujuria en un lupanar? Su noche habría sido, no sé si mejor o peor, pero seguro que más cara.

Montaña, me pone. Pase esas fotos del messenger, Sr. Seisdedos.

martes, 10 abril, 2007  
Anonymous Anónimo Excretó esto...

Sufrirás, te lo aseguro y seguiré leyéndote con las zapatillas abueleras puestas hasta que pueda darte con una de ellas.

Saludos.

martes, 17 julio, 2007  

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