Speed: la muerte viaja en autobus
El caso es que estaba muy tranquilo, descansado, aliviado de haberme desprendido del tortuoso peso de una maleta navideña, de esas que trituran todas tus vértebras hasta reducirlas a una insoportable sensación de vaguedad dolorosísima en la espalda. Iba a viajar, a viajar en bus para ser exactos, y por fin estaba sentado en el interior del coche. «Me cago en mi vida, me he olvidado del MP3», pienso. Y era cierto. Busqué y rebusqué en mis polvorientos bolsillos y nada. A tomar por culo. «¿Qué será de mí sin mis minutos recreativos entre la ponzoña musical redundante de mi disco duro? ¿Eh? ¿Voy a pasarme una hora y pico de viaje a palo seco, sin un libro ni nada?» Así que me recosté en el respaldo y, a los diez minutos, empezó el espectáculo.
- ¿Qué tal con las oposiciones?
- Bastante bien, no creas, tampoco me cuesta tanto. Una vez empiezas a chapar se te queda todo, eh. No me agobio demasiado, no es tan chungo como dicen.
Lo dicho, unas treintañeras opositoras estaban dispuestas a martirizarme con su conversación inane durante todo el jodido trayecto. Mátame camión.
- ¿Y ese corte? ¡Es chulísimo!
- ¿No me digas? Pues todo el mundo me dice que fatal, eh. Ja, ja, ja.
Y una mierda. Seguro que antes de arriesgar sus perfiladas puntas había trazado un plan exhibicionista para empaparse de elogios hipócritas y miradas asesinas inyectadas en envidia.
- ¿Pero te lo teñiste?
- No, le puse mechas.
Puta.
- Pues te queda superbien.
- Gracias, gracias. Jo, que bien, ya estaba preocupada.
Eso me suena... «¿Qué les quieres? - pienso - Son mujeres, van a dar vueltas en círculo sobre el mismo tema hasta que se hayan hartado de sorberse el orto mutuamente.»
- Tú también estás muy guapa.
- Calla, calla, que he engordado tres kilos.
Quisiera que Dios existiese para que se vengara de mí y mi constante vida pecaminosa, fulminándome en este mismo instante. De verdad.
- Pues el otro día vi a Montse. No veas que rubio se gastaba.
- ¿Montse? ¿De rubia?
- Platino.
- No me digas.
- Lo juro. Yo la prefería morena, eh, pero ella decía que se sentía mucho mejor así. Yo creo que es cosa del novio...
Genial. Ahora sí que he perdido mi fe en la raza humana. Que mala baba. No la suya, la de las arpías, las zorras, no. Mala baba del destino por ponerme allí, sin un libro, un reproductor de música o un simple ataque de sueño que me distrajese. Cosas del morbo, seguí escuchando, medianamente atento...
- Así que has estado dando clases en un instituto. - dijo una. Siempre utilizaba tiempos compuestos.
- Sí, a niños de once y doce años, jaja. - contestaba la amiga, que solía finalizar cada frase con unos jajás más falsos aún que su perfume.
- ¿Y que tal te ha ido?
- Mujer, no lo llevaba mal. Pero es que los niños no tienen ninguna cultura. - decía la tía. Hay que joderse.
- Tienes razón. Yo he estado en otros colegios, haciendo sustituciones, y los chavales no tenían ninguna cultura, - y dale - aunque en general me venia bien económicamente. Vamos, que me ha compensado.
- No, si curricularmente me viene de perlas. Pero es que yo les explicaba lo que era una monarquía parlamentaria, ¿no? Pues no va uno y me pregunta que qué es una monarquía, jaja.
- ¿No me digas? ¡Qué escándalo! - sí, una tragedia - ¿Y qué has hecho tú?
- Le digo: tú sabes lo que es un monarca, ¿no? Un monarca es el rey. Pues...¿qué será la monarquía? No sé tía, yo a los ocho años ya sabía qué era una monarquía.
En ese momento me entraron unas ganas tremendas de insertarles a ambas mis dos puños en sus respectivas bocas, a la vez que apaleaba sus hígados con las suela de mis botas y sus esófagos regurgitaban agónicamente. De repente, se pusieron a hablar del lenguaje SMS.
- No te extrañe lo de la cultura, mira sino como escriben en los móviles.
- ¿A qué te refieres?
- A las abreviaturas y tal.
- Hombre, yo también abrevio, -¡ja!- aunque tienes razón, eso influye bastante.
- No, si yo entiendo que pongan una "k" en vez de "que", o que le quiten una hache a alguna palabra... Pero es que ponen "bes" en vez de "uves", eso ya es la monda. ¿Qué estás abreviando ahí? Ja, ja.
Lo peor es que esta sarta de memeces las decían como con mucho mundo, con el convencimiento absoluto de estar sentenciando verdades rotundas, orgullosas de saber qué era una monarquía a los ocho años y de no economizar el lenguaje por teléfono móvil. Por sus santos cojones.
- Es que lo de la ortografía es cuestión de leer. - cuando dijo eso fui yo quien soltó el "ja, ja".
- Claro, yo de pequeña leía mucho.
- Y yo.
En aquel momento empecé a imaginarme a mí mismo hablando por teléfono, diciéndole a mi interlocutor que menos mal que llamaba, porque estaba a punto de reventar en vómitos por culpa una conversación de hipócritas remilgadas que desde hacía una hora venía atormentándome. Me imaginaba colgando a carcajada suelta el móvil mientras una de ellas se preguntaba si me refería a su ingenioso speach intelectual. Me las imaginaba a las dos indignadas ante mi falta de modales. Y me las sigo imaginando ahora, leyendo esto por casualidad en la red. Porque me disteis la puta tarde. Joder.
- ¿Y qué es un monarca? ¿Un Donus sin bujero?
- ¿Veslo? ¿Ves lo que te disía?
Oh, señor 6dedos, le pido perdón por ser tan abominable y vomitiva. Me ha abierto los ojos, se lo digo muy en serio.
Ego te absolvo.
Oh, señor 6dedos, me uno al perdón de mi compañera y además le invito a que me penetre con su falo analmente hasta que nuestra deuda moral quede saldada.
Desgraciadamente (para usted, jo, jo), me veo obligado a rechazar su invitación. Soy un caballero, no un chuloputas (jo, jo).
Un Jo, jo más y te parto el cuello, hijo de puta.
Lo del tinte platino no es cosa de mi novio, ¿eh? Que yo soy una chica interdependiente que toma sus propias decisiones.
Y es usted un xenófobo y un machista, don Dedos.
A MÍ LO QUE ME INDIGNA ES QUE LA GENTE TACHE DE MACHISTA A LOS QUE LLEVAN LA BRAGUETA ABIERTA
NO HABLO EN BROMA
DE MACHISTAS
QUE YO SÉ HABLAR
Joder, tiene usted una memoria que ya quisiera mi PC. Qué manera de reproducir diálogos, por Dios.
Hay veces, como el pasado sábado durante mi cena de empresa, en las que desearía haber sido bendecido con el autísmo. Cansado de verme obligado a escuchar conversaciones acerca de mecánica, elucubraciones futbolísticas y gilipolleces varias tipo:
"Ayer empecé a leer "Ensayo sobre la ceguera". Qué bueno es. No podía dejar de leerlo..."
"¿Y por qué página vas?"
"Por la diez"
Textual.
Aunque he de confesar que con el tiempo he empezado a apreciar las conversaciones matutinas en el metro. Será porque, al contrario que usted, no me soy un adalid del buen gusto intelectual.
Cuídese, Sr. Seisdedos. Ojalá su 2007 sea mejor de lo que usted espera y merece.
Páselo bien.
Sí, sí, claro que me considero un adalid de esos. Y estoy herrado, como tal, eh. Vamos.
el troll hace cosas para molestar,
tú quédate quieto y no te morderá.
Si metes la pata, ay que dolor,
hará guiso de tu pobre corazón.
gracias hombre
Soy un gnomo
y aquí en el bosque soy feliz...
¿También borra usted mensajes, Sr. Seisdedos? Ayer, alguien dejó uno acerca de ventanillas tintadas, buses y demás, que hoy no está.
En fin... Tan solo venía a dejarle otro regalo de esos que a usted tanto le gustan:
http://www.dailymotion.com/video/xrb5o_entrevista-a-federico-jimenez-losan
Qué bonito cuando dos hombretones se aman tanto.
Cuídese.
Precioso.
El señor 6dedos se está volviendo un huraño.
Sí, lo sé, ahora me da por ser borde. Don Clueco, vete acostumbrando, muñeca.
Con que poco cariño me tratas. Quieres más a Tuerto Izquierdo. Lo sé.
wow!