laSexta: tu cadena hamiga
El gobierno socialista, el del cambio, la pluralidad, el progresismo; este gobierno nuestro, que nos prometió una televisión nueva, radiante y fresca... que bonito nos lo han dejado. Claro, esto de la prensa amarilla (ahora dicen que es -mortal y- rosa) debe ser una mierda, inventemos algo nuevo. Nuevo, radiante y fresco. Sí señor. Empecemos por los cimientos elementales: la tele pública, la que pagamos todos. Pues nada, unos arreglillos por aquí y por allá; fuera Urdaci, dentro Milá, Caffarell, paridad, muchas mujeres, blabla... Rescindimos a Dragó por decir en su día que a Felipe había que ponerle una bomba, a la mierda Garci que parece cansado, y que se venga el gordo peluche de Rioyo. ¿Y La 2? Pues atiborramos su parrilla con numerosos contenedores de promoción del FIB Heinekken y mierdas así, (in)cultura underground y canciones sin rima ni ritmo. La chicha en la madrugada, y Saber y Ganar lo dejamos ahí, que no hace daño a nadie. Ah, pero... ¿qué hacemos con Polanco? Claro, después de todo lo que ha hecho por nosotros tendremos que recompensar su fidelidad, faltaría más. Un canal para él, y, de paso, otro con cobertura anoréxica para Emilio Aragón. Lo dicho: nuevo, radiante y fresco.
Son muchas (y muy jugosas) las meteduras de pata que este gobierno de purpurina y mantequilla ha hundido en la miseria de lo políticamente correcto en materia de comunicación. Sin embargo, y por petición popular, me centraré en el más aborto televisivo más reciente que de sus sospechosas licencias ha brotado, iniciando su gateo este verano. Hablo, queridos míos, de laSexta.
La cadena inició su andadura con paso incierto, emitiendo en pruebas en Barcelona y Madrid. Estaba a expectativas se saber si Telefónica le concedería los derechos de emisión del mundial, en detrimento de su gran rival, Cuatro. Finalmente, los casi noventa millones de palos que Milikito puso encima de la mesa valieron más que los lazos de amistad y la Polancomanía, ligados inherentemente a los muchos años de colegueo entre los altos cargos de la empresa telefónica y Don Jesús. Así que con esto, un cabreo monumental de PRISA, y un bizcocho, cocinaron una televisión de vertiente intencionadamente humorística.
Los elegidos para la tarea fueron, básicamente, Florentino Fernández y su comadra de Globomedia (Miki Nadal, Patricia Conde, Agustín Jiménez, el tal Goyo...). También recuperaron a Wyoming, quien no parecía del todo repuesto de su caída de la azotea, y Juan Ramón Lucas. Con infinitas repeticiones, una empalagosa y reiterativa publicidad del mundial y su cobertura del 70 % del teritorio nacional, mostraron pronto sus cartas. Hete aquí un resumen breve de los programas que, hasta ahora, se han erigido como estandarte del humor a practicar en laSexta.
El Club de Flo
Un reality. Sí, amigos, y presentado por esa infecta masa de simpatía tocinesca llamada Florentino Fernández, más tarde rebautizado como Flo. Su nombre es un ejemplo curioso de pirueta mortal, pues ha acabado degenerando en el hastiado grito de desesperación y hartazgo de un público enfebrecido, hasta los huevos de verle a él y a sus secuaces a todas horas desde el alumbramiento del nuevo canal; ese grito, maldita sea, lo ha coronado como el puto Flo.
Aquí, el puto Flo con unos amiguitos igual de graciosos que él.
El concurso consiste en reclutar famosos de pelo y medio con ganas de morder cuatro perras a cambio de jugar a ser monologuistas, humillarlos vilmente ante el público y demostrar que en España, efectivamente, no tenemos cantera de guionistas de comedia rápida. Puede que exagere, pero es que parece que entre Buenafuente y Montilla se los han llevado todos. Abusones...
Unos ejemplillos de la nulidad cómica del flato al que algún atrevido osó llamar programa de televisión:
* Alfredo Urdaci, ex humorista del ente público, se rebaja al nauseabundo fango llamado monólogo de humor costumbrista español.
* Jaime Peñafiel digievolucionado en Chiquito de la Calzada, pero con menos arte.
El vídeo de un millón de Euros
Yolanda Ramos, una mujer bizca de indudable talento (demostrado durante años en excelentes espectáculos de cabaret y en la compañía El Terrat), se pierde en un híbrido entre Vídeos de Primera y Orzogüei en el espacio exterior. El programa es un concurso cuyas bases prometen coronar con la cifra que da título al mismo a aquel vídeo de humor que más chispa y originalidad gaste. En principio, no se observa nada anormal o especialmente ridículo, al menos sobre el papel... pero una vez las cámaras se encienden en en plató, es otro cantar. La presentadora se inhibe ante un guión fallido y una verdadera lacra de colaboradores, los vídeos resultan realmente espantosos y son troceados por el realizador, que intercala imágenes del corto con entrevistas a sus creadores... En fin, un despropósito despilfarrado por las comisuras que dudo mucho vaya a tener final feliz.
No sabe no contesta
Concurso de preguntas y respuestas presentado por Miki Nadal, amiguito del alma del puto Flo (y sospecho, amante), además de buque insignia del contador de chistes con acento mañico descalzado. Si no sabes que hacer, baila una jota con letra guasona, hombre.
Le doy un euro a aquel que lo considere digno de respirar.
La verdad es que este tío es repulsivo, su sóla presencia en una vergonzosa tortura para el espectador. No hace gracia ni siendo molido a patadas en el hígado, y su sentido del ritmo a la hora de coordinar un jodido concurso de sencillísimo esquema es atroz. Al igual que Sadam, no me importaría lo más mínimo verlo bajo buitres.
El intermedio
¡Cuánto daño ha hecho Jon Stewart por el mundo del espectáculo! Su Daily Show no sólo ha sido plagiado por la petarda de Eva Hache, sino que bajo canónicas pautas también a encauzado el estilo y fondo temático (adaptado al siempre pegajoso costumbrismo cañí, claro) del retorno del Gran Wyoming a la pequeña pantalla. Que nuestro muestro de risa predilecto es un profesional como la copa de un pino, es una verdad como un templo, así como la tenacidad de su cinismo y el ágil empleo de la verborrea francotiradora que le caracteriza. Pero, queridos amigos, está muy mal aconsejado. El programa apenass deja lugar a la improvisación, el guión es más una cadena que un privilegio, y sus colaboradoras (no, no hay tíos) lucen palmito mejor que pronuncian; por no hablar de su (¿lo adivinan?) POCA GRACIA. Todos sobreactúan, incluso a Wyoming se lo ve nervioso; su ingenio palidece por culpa de un ficticio desarrollo cómico.
Aún así, he de reconocer que, visto lo visto, es de lo mejorcito que se puede encontrar en la cadena. Lo cual no dice mucho de la calidad del resto de productos, vaya...
Sé lo que hicísteis la última semana
Presunta parodia de los programas de cotilleo que se vale de la ponzoña de los mismos para rapiñar un par de míseros momento de sátira. Presentado por Patrcia Conde, comete los mismos pecados que el resto de espacios-Sexta: guión deficiente, gags infantiles, patetismo sobreexplotado... Se salva un colaborador (no, no es Miki Nadal, que también se encuentra en la nómina, el cabrón), llamado Ángel Martín. Mantiene el tipo, que no es poco.
Los irrepetibles de Amstel
El título lo dice todo, ¿verdad? Su planteamiento es bastante original: un grupo de actores han de improvisar una serie de situaciones de comedia orquestadas por un deus omnipresente, pianola en mano. El problema es cuando le ponemos cara a los protagonistas: el jefe que toca el piano se llama Emilio Aragón, y sus esbirros son (redoble de tambor...) Miki Nadal, Yolanda Ramos, Agustín Jiménez y... ¡Sí! EL PUTO FLO. Aunque, como bien apuntaba el Gran Chimp no hace mucho, también sale ese tal Goyo y un calvo al que Maira Gómez Kemp anunció en un (fatídico) día como Pepe Viyuela. Cantan, hacen guiñol con su anatomía, danzan, se disfrazan... joder, el espíritu de laSexta en su síntesis más simple: la quintaesencia de la vergüenza ajena.
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Y hasta aquí puedo (y quiero) leer. Pueden quedarse con Padre de Familia, Futurama, y Prision Break, productos importados del deplorable canal, y único material salvable del mismo. Pásenlo lindo.
Son muchas (y muy jugosas) las meteduras de pata que este gobierno de purpurina y mantequilla ha hundido en la miseria de lo políticamente correcto en materia de comunicación. Sin embargo, y por petición popular, me centraré en el más aborto televisivo más reciente que de sus sospechosas licencias ha brotado, iniciando su gateo este verano. Hablo, queridos míos, de laSexta.
La cadena inició su andadura con paso incierto, emitiendo en pruebas en Barcelona y Madrid. Estaba a expectativas se saber si Telefónica le concedería los derechos de emisión del mundial, en detrimento de su gran rival, Cuatro. Finalmente, los casi noventa millones de palos que Milikito puso encima de la mesa valieron más que los lazos de amistad y la Polancomanía, ligados inherentemente a los muchos años de colegueo entre los altos cargos de la empresa telefónica y Don Jesús. Así que con esto, un cabreo monumental de PRISA, y un bizcocho, cocinaron una televisión de vertiente intencionadamente humorística.
Los elegidos para la tarea fueron, básicamente, Florentino Fernández y su comadra de Globomedia (Miki Nadal, Patricia Conde, Agustín Jiménez, el tal Goyo...). También recuperaron a Wyoming, quien no parecía del todo repuesto de su caída de la azotea, y Juan Ramón Lucas. Con infinitas repeticiones, una empalagosa y reiterativa publicidad del mundial y su cobertura del 70 % del teritorio nacional, mostraron pronto sus cartas. Hete aquí un resumen breve de los programas que, hasta ahora, se han erigido como estandarte del humor a practicar en laSexta.
El Club de Flo
Un reality. Sí, amigos, y presentado por esa infecta masa de simpatía tocinesca llamada Florentino Fernández, más tarde rebautizado como Flo. Su nombre es un ejemplo curioso de pirueta mortal, pues ha acabado degenerando en el hastiado grito de desesperación y hartazgo de un público enfebrecido, hasta los huevos de verle a él y a sus secuaces a todas horas desde el alumbramiento del nuevo canal; ese grito, maldita sea, lo ha coronado como el puto Flo.
Aquí, el puto Flo con unos amiguitos igual de graciosos que él.
El concurso consiste en reclutar famosos de pelo y medio con ganas de morder cuatro perras a cambio de jugar a ser monologuistas, humillarlos vilmente ante el público y demostrar que en España, efectivamente, no tenemos cantera de guionistas de comedia rápida. Puede que exagere, pero es que parece que entre Buenafuente y Montilla se los han llevado todos. Abusones...
Unos ejemplillos de la nulidad cómica del flato al que algún atrevido osó llamar programa de televisión:
* Alfredo Urdaci, ex humorista del ente público, se rebaja al nauseabundo fango llamado monólogo de humor costumbrista español.
* Jaime Peñafiel digievolucionado en Chiquito de la Calzada, pero con menos arte.
El vídeo de un millón de Euros
Yolanda Ramos, una mujer bizca de indudable talento (demostrado durante años en excelentes espectáculos de cabaret y en la compañía El Terrat), se pierde en un híbrido entre Vídeos de Primera y Orzogüei en el espacio exterior. El programa es un concurso cuyas bases prometen coronar con la cifra que da título al mismo a aquel vídeo de humor que más chispa y originalidad gaste. En principio, no se observa nada anormal o especialmente ridículo, al menos sobre el papel... pero una vez las cámaras se encienden en en plató, es otro cantar. La presentadora se inhibe ante un guión fallido y una verdadera lacra de colaboradores, los vídeos resultan realmente espantosos y son troceados por el realizador, que intercala imágenes del corto con entrevistas a sus creadores... En fin, un despropósito despilfarrado por las comisuras que dudo mucho vaya a tener final feliz.
No sabe no contesta
Concurso de preguntas y respuestas presentado por Miki Nadal, amiguito del alma del puto Flo (y sospecho, amante), además de buque insignia del contador de chistes con acento mañico descalzado. Si no sabes que hacer, baila una jota con letra guasona, hombre.
Le doy un euro a aquel que lo considere digno de respirar.
La verdad es que este tío es repulsivo, su sóla presencia en una vergonzosa tortura para el espectador. No hace gracia ni siendo molido a patadas en el hígado, y su sentido del ritmo a la hora de coordinar un jodido concurso de sencillísimo esquema es atroz. Al igual que Sadam, no me importaría lo más mínimo verlo bajo buitres.
El intermedio
¡Cuánto daño ha hecho Jon Stewart por el mundo del espectáculo! Su Daily Show no sólo ha sido plagiado por la petarda de Eva Hache, sino que bajo canónicas pautas también a encauzado el estilo y fondo temático (adaptado al siempre pegajoso costumbrismo cañí, claro) del retorno del Gran Wyoming a la pequeña pantalla. Que nuestro muestro de risa predilecto es un profesional como la copa de un pino, es una verdad como un templo, así como la tenacidad de su cinismo y el ágil empleo de la verborrea francotiradora que le caracteriza. Pero, queridos amigos, está muy mal aconsejado. El programa apenass deja lugar a la improvisación, el guión es más una cadena que un privilegio, y sus colaboradoras (no, no hay tíos) lucen palmito mejor que pronuncian; por no hablar de su (¿lo adivinan?) POCA GRACIA. Todos sobreactúan, incluso a Wyoming se lo ve nervioso; su ingenio palidece por culpa de un ficticio desarrollo cómico.
Aún así, he de reconocer que, visto lo visto, es de lo mejorcito que se puede encontrar en la cadena. Lo cual no dice mucho de la calidad del resto de productos, vaya...
Sé lo que hicísteis la última semana
Presunta parodia de los programas de cotilleo que se vale de la ponzoña de los mismos para rapiñar un par de míseros momento de sátira. Presentado por Patrcia Conde, comete los mismos pecados que el resto de espacios-Sexta: guión deficiente, gags infantiles, patetismo sobreexplotado... Se salva un colaborador (no, no es Miki Nadal, que también se encuentra en la nómina, el cabrón), llamado Ángel Martín. Mantiene el tipo, que no es poco.
Los irrepetibles de Amstel
El título lo dice todo, ¿verdad? Su planteamiento es bastante original: un grupo de actores han de improvisar una serie de situaciones de comedia orquestadas por un deus omnipresente, pianola en mano. El problema es cuando le ponemos cara a los protagonistas: el jefe que toca el piano se llama Emilio Aragón, y sus esbirros son (redoble de tambor...) Miki Nadal, Yolanda Ramos, Agustín Jiménez y... ¡Sí! EL PUTO FLO. Aunque, como bien apuntaba el Gran Chimp no hace mucho, también sale ese tal Goyo y un calvo al que Maira Gómez Kemp anunció en un (fatídico) día como Pepe Viyuela. Cantan, hacen guiñol con su anatomía, danzan, se disfrazan... joder, el espíritu de laSexta en su síntesis más simple: la quintaesencia de la vergüenza ajena.
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Y hasta aquí puedo (y quiero) leer. Pueden quedarse con Padre de Familia, Futurama, y Prision Break, productos importados del deplorable canal, y único material salvable del mismo. Pásenlo lindo.
posted by Anónimo at 11/10/2006
Joder, ni que fuera taaaaaan horrible, vamos. A mí, sin ir más lejos, me hacen mucha gracia los irrepetbles. Y qué decir del club de Flo, o esos constantes revivales del añorado Informal... ¡Felissuco, deja de mostrar lorza ante Carmen Martínez Bordiú y vuelve, BUELBE!
Ahora bien, con Miki Nadal tampoco trago, en eso estoy absolutamente de acuerdo. Si lo matan mejor.
Y yo... ¿qué he hecho ahora?
Y yo... ¿qué he hecho ahora?
¡¡¡¡VIVIR!!!
En su lúcida disección del nuevo canal, ha cometido el grave error de pasar por alto sus servicios informativos, razón de ser de este sexto parto prematuro.
Siendo Florentino Fernández ese tipo que a todos caen bien... hasta que le conocen, tengo que reconocer en él un afán por aprender que excede en mucho su capacidad de asimilación. Que no es fácil pasar de guardia jurado a showman de la noche a la mañana.
Flo lleva años tratando de cubrir sus carencias, con poco éxito, repito, cuestión que es de alabar. Miki Nadal, por el contrario, parece sentirse feliz tal cual.
Entre el grupo de sus colaboradores figuran dos de los más elocuentes ejemplos de cómo se puede triunfar (o al menos, vivir de esto) sin tener el menor atisbo de talento (con permiso de la reina de la mediocridad televisiva, todo un ejemplo de los tiempos que corren: Paz Padilla) : Agustín Jiménez y (sobre todo) Bermúdez. Y si el primero es sencillamente anodíno, el segundo resulta repugnante, con esa voz cazayera, esa cara tan hostiable y, ante todo, su pobre registro cómico (si es que alguna vez poseyó alguno).
Coincido en que"El vídeo del millón de euros" es un despropósito tal que hace bueno a cualquier caspaconcurso de los que suele presentar Ramontxu. Y no creo que se pueda salvar ni siquiera a Yolanda Ramos, quien en este programa da la impresión de haber sido pasada por una licuadora antes de cada edición.
No he visto a "Los Irrepetibles" (ni ganas), ni por horario me es posible ver el eterno retorno en el que vive sumido el Gran Wyoming.
En cuanto a "Sé lo que hicisteis la última semana", he de reconocer que es uno de los pocos programas que veo de la cadena presidida por Milikito. Y me encanta... Al contrario que Joaquín Sabina y usted, yo no veo los programas del tuétano rosa, por puro asco, mayormente. Lo que no quita que me corroa el sano instinto de reírme de ellos, y de los que los ven, gracias a ese tipo que tanto se aproxima a la genialidad que es Ángel Martín. Tipo que domina tiempos y gestos, combinándolos con un saber estar y un empaque que no resulta fácil de encontrar hoy día. Sobrevive a guiones manidos que juegan con tópicos y chistes fáciles ya desgastados, propios de guionistas ocurrentes más que graciosos. De hecho, por sobrevivir, es capaz de hacerlo a su compañera, requetepatty, y al estúpido recurso de sufrido presentador se topa con niñamonayboba, que aquellos ocurrentes guionistas han ideado como hilo conductor del programa.
Venga, deme un euro, Sr. Seisdedos. Yo dejo vivir a Miki Nadal. Y además, gracias a "Padre de Familia", "Futurama", "Prison Break" y alguna otra que pasó por alto, también le doy sentido a la existencia de la nueva cadena hamiga.
Cuídese, Sr. Seisdedos.
Se me pasaron los informativos, cierto. Una anécdota:
El repotero orondo y pelosudo llamado Willy (ex-tomate y ex-pecado original, ambas de tele5), trabaja ahora para...LAS NOTICIAS. Esto sí es anodido, y no el chuloputas ese del Agustín, un necio más a la carrera. El caso es que le tocó cubrir a él el estreno del filme (humorístico) GAL, encargándose de las entrevistas al reparto, en el cual se encuentra Natalia Verbeke. Se ve que le argentina conocía se había topado con el dicharachero bolingue de pelos en su etapa como reportero rosa e impertinente, y desconocía que ahora trabajaba para la prensa seria. Al grito de sólo hablo con los de informativos, Natalita se negó a ser entrevistada por el tal Willy, atónito ante la actitud borde de la diva.
- Pero si somos de laSexta noticias.
- No sé que canal es ese...¡seguridad!
Entra un maromo.
- ¿Sí?
- ¿Son de informativos?
- Pues sí, lo son...
Y la tía huye. Mamen Mendizábal, por su parte, suelta un chascarrillo digno de Aquí Hay Tomate.
Y ahora, pasamos a una noticia que no sabemos si le gustará mucho a Natalia verbeke: Penélpoe Cruz ha sido galardonada con el premio de...
Aún me froto los ojerales.