Muy increíble lo del feminismo
Pero las cosas cambian, y las mujeres también. Parece ser que ahora estamos en el s. XXI (aunque yo aún no me lo creo) y se puede hablar libremente de afeitados púbicos sin que nadie se sonroje o rememore a Isabel Pisano, que, por cierto, ahora está muy gorda y muy desquiciada, y ya no le interesa a nadie, y eso que se folló a a Arafat. Pero las feministas, que en este país siempre han sido muy superficiales (quizá porque les entusiasman las superficies) han visto cómo los metrosexuales les pasaban por delante con sus torsos prietos y naranjas, sus programas de televisión y sus revistas feministas para hombres, cremitas y tal y cual; hasta han sido humilladas y eclipsadas por la comunidad gay, con la que históricamente habían estado siempre en comunión. Dejamos las Universidades y pasamos a las manis; dejamos los libros y pasamos a las revistas, aunque hagamos libros de revista, prosa de Vogue, si se quiere. Los tiempos, las cosas y las sociedades cambian; las mujeres, en cambio, prefieren evolucionar. Y mientras el feminismo, entre tanto maricón y tanta gaita, se desdibuja en la literatura.
Seguramente la escritora feminista por excelencia en castellano es Maruja Torres, una periodista muy profesional y muy literaria (digna de Hormigas Blancas, aunque demasiado digna como para dejarse ver por allí, que ella no es Carmen Rigalt); la Torres ha sabido pasarse, cercana a los cincuenta, de su periodismo agresivo, innecesariamente culpable, a una narración en tiempo lento, que pretende irse profundizando en la lectura, que tiene cualidades literarias aunque su lenguaje sea corriente hasta lo impersonal. Es una escritora muy seria, grave y meditada, dueña del tiempo, que se ha ocultado a sí misma mediante el periodismo festivo y sangriento, a veces injusto, y que aunque intente abrazarse a lo kitch (referencias cinematográficas, bla) y a veces hasta al socialrealismo de rebajas, cae indefectiblemente en un feminismo sin mensaje, que, eso sí, se despega (a dios gracias) de las autobiografistas que sólo nos cuentan sus pecados, sus orgasmos, sus litronas, sus tacos, sus hombres y sus menstruos, porque para esos espasmos ya tenemos a advenedizas como Vallvey o la ínclita Etxebarría. A esta última ya le dediqué unas líneas, unas caricias y unos piropos, aquí, en este blog, y allí, en el suyo. Últimamente la he visto en Pasapalabra chocándose las palmas con Julio José Iglesias Jr., en plan colegas. Se la veía muy animada, y yo le deseo lo mejor, en la vida y en los juicios, esos por plagio que tiene pendientes, unos cuantos, porque Lucía es una adicta al noble arte de buscarse el negro entre escritores de renombre mundial, una cosa muy arriesgada y muy divertida, sobre todo si hace con gracia, aunque a ella le falte clase, inteligencia y estilo para saber plagiar. El plagio es para estilistas, muchacha, retírate y déjanos a los profesionales.
El feminismo, como dijimos, no parece sobrevivir al siglo que nos ocupa, o sea, no parece sobrevivir al postfeminismo. Hay excepciones, claro, como la Rosario Barros relatista o la trágicamente fallecida Paloma Palao, cuyos versos parecen escritos anteayer, y están destinados, merecidamente, a seguir así, vivos, a pesar de que a ella sólo la recuerden en algún tugurio o en algún café de Madrid. Y es que no podemos ser optimistas cuando Paulina Rubio se nos casa redimida y promete parir diecisiete retoños, eso sí, rubitos y malcriados; cuando las propias mujeres que escriben versos se autoproclaman poetas y reniegan del término poetisa, tan bello tan furioso y tan poético, y hablan de igualdad y de educación para la ciudadanía. No hay futuro para para una sociedad que saluda a los auditorios diciendo Hola a todas en lugar de Hola a todos. Los machos se vuelven maricas y tienen pollas cada vez más grandes, las feministas publican libros perecederos, las etarras son ahora quienes leen los comunicados en detrimento de los etarras... La ciencia le gana a la poesía. Sin embargo, nadie se atreve a enamorarse de una forma distinta, pues el azar tiene más que demostrada su afinidad con el amor, y los chicos con los chicos, las chicas con las chicas, y este mundo y estas mujeres, muy increíbles, este feminismo, tan de locos como cualquier otra cosa que sangra una vez al mes y ahoga su hemorragia entre algodones de diseño.
Hoy la coherencia textual ha recibido un golpe de que tardará mucho mucho tiempo en recuperarse.
¿Lucía Etxebarría es una escritora?
¿En serio?
Yo creía que era abogada o algo así.
6dedos, cabrón... ¡ME HAS FUSILADO!
¡¡¡PLAAAAAAAAAGIOOOOOOOOO!!!
Oh, pero Paco, lo he hecho desde el cariño, desde el respeto y desde mi más sincera admiración. Tú lo sabes, tronco.
Tuet tuet tuet
Sin que sirva de precedente:
éste es el mejor artículo que le leído en todo el tiempo -no mucho- que llevo leyéndole.
Mi más sincera enhorabuena.
Mira que es tonto.
Pero tonto tonto.
6d, tenías razón: tu artículo es un juguete perverso; me encanta.
Enhorabuena.
Y tú, de Prada... fóllate una rana.
Yo al menos no dejo que se me mueran los hijos.
Llorón.
Que eres un llorón.
Hola, soy don Paco y se me ha muerto un hijo. Bua bua.
(Mariquita.)
¿Visteis el último Hormigas Blancas? Estuvo genial.
Iba de Carmina.
Me caía bien Carmina.
Y no os lo perdáis: a su hijo, a su hijo muerto, le llamó Paquito. Paquito, eh.
Qué original.
Por dios, que alguien le haga caso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sexista.
Feixista.
Fill de puta.
Sinceramente, no soy capaz de establecer un nexo entre las diferentes partes del artículo.
Es, es, es absurdo. Como absurdos son estos comentarios.
Tuet tuet tuet
Sinceramente, no entiendo la gracia de este pastiche. No lo entiendo.
Pues yo sí lo entiendo. Nadie antes me había fusilado con tanto talento. Ni Isidore Ducasse lo hubiese hecho mejor.
Discrepo.
6dedosgordosdelpie es necesario, el progreso necesita gente como él.
Me parece muy increíble que mañana viene un señor y dice que puede plagiar esto o lo otro, así, porque de repente le apetece y alguien le da cancha en una blog y le permite decirlo, si ninguna prueba ni ninguna foto con el plagiado.
Es que esto sólo puede pasar en este país, que alguien venga y se crea con derecho a plagiar sin ningún tipo de prueba de que el progreso necesite gente como él.
Despreciable.
Esto está mejor.
Es usted un ser horrible, le deseo un matrimonio largo y duradero. Le deseo una hembra fértil de la que le nazcan muchos, muchos hijos.
Es usted un peligro para la humanidad. Sus escritos rezuman, están rebosantes, si.
Usted rebosa éxito.
Perro judío.