miércoles, noviembre 14, 2007

Marichalazos

http://img221.imageshack.us/img221/7967/duquelugoep9.jpg

Publicaba ayer La Vanguardia que los duques de Lugo se han separado, y siendo como es éste un periódico tan serio, tan catalán y tan CiU, collóns, habrá que creérselo, digo yo, aunque personalmente no daré la noticia por totalmente verificada hasta que en la tele no le hayan dedicado unos tres Dolce Vitas o cuatro, y eso que ya no existe Dolce Vita, pero en fin, que nos entendemos.

A mí esta exclusiva me ha sentado como un rodillazo de republicanismo en lo más bajo de mi patria chica, que debe ser la España de los españoles. Justo cuando don Juan Carlos me había devuelto la ilusión de creer que los reyes eran magos gracias al tan sonado exabrupto que en el transcurso de la Cumbre Iberoamericana —suponemos que entre siesta y siesta— espetó al gorila ese de los petrodólares que no se sabe si es golpista, presidente democrático o payaso de circo (puede que las tres cosas a la vez), va su hija la mayor y nos da este disgusto, esta bofetada de realidad y de aristocracia en toda la cara y todo el plebeyismo. Algunos llegamos a creer que don Jaime de Marichalar era, dentro de la Zarzuela, el representante, sino del vulgo —al fin y al cabo no deja de ser un niño bien que no ha dado un palo al agua en su vida—, sí de la calle, acogiendo el término en su globalidad. Jaime, Jaimito, don Jaime, era el dandy que le faltaba a esta monarquía tan cutre que padecemos desde hace treinta años para que aquellos reticentes finalmente aceptáramos el consenso constitucional con un “bueno vale”. No podíamos dejar de identificarnos con un tío que iba por ahí caminando con relojes de cadena colgados de los bolsillos, la espalda torcida y los brazos cruzados como Napoleón. Era rico, sí, y un vividor, pero de esos que sujetan martinis y caen bien al personal, alguien parecido a un Jamen Bond de facultad de económicas al que nunca vieron el pelo —relamido, eterno, brillante— por la facultad de económicas. Convertido en todo un personaje (por chulo, por alto, por macho, por maricón y por rosa fucsia), Marichalar ponía la nota discordante, desafinada, en aquellas vomitivas portadas del Hola! en las que con tanta impudicia la familia real se refocilaba en su fortuna, yate incluido. Por ello merecía nuestra simpatía. Joder —pensábamos—, por fin un miembro de la realeza que se toma a cachondeo la gilipollez que infecta desde los cortesanos que le quitan barro de las botas hasta a los magnates de la prensa de lo superficial que pagan por enterrar fotografías suyas en lugar de por publicarlas. Luego él se puso enfermo, le vino un ictus, ay, un ictus decíamos todos, una isquemia cerebal, pobrecito Jaime. En mayor o menor medida la gente se preguntaba sobre las sospechosas causas que llevaron al Duque a debatirse entre la vida y la muerte (no ayudó mucho, todo hay que decirlo, que por entonces Joaquín Sabina se viera afectado de idénticos problemas de salud, ni que el propio Sabina reconociera que éstos venían motivados por la vida alegre y nocturna de su Madrid querido); sin embargo, la prensa acabó haciendo mutis por foro, repitiendo hasta la saciedad lo del ictus, el ictus cerebral, pobrecito Jaime, pobrecito ictus, evitando ahondar en los motivos que le llevaron a semejante tesitura hospitalaria. (Aprovecho esta plataforma para llamar al pueblo a un linchamiento masivo contra el díler que le tomó el pelo a nuestro ya ex consorte con la venta de esa droga podrida que acabó por infartarle el cerebro y, a la larga, destrozar su matrimonio.)


Muchos medios señalan hoy la enfermedad de Marichalar como clave para entender su separación de la infanta Elena. Al lector le sonará hasta lógico, y es normal, porque de esta monarquía rancia y obsoleta, donde por tener tenemos —no te lo pierdas— una reina griega y un consorte vasco que además fue jugador de un equipo de balonmano catalán, uno ya se espera cualquier cosa, incluso que se margine a un hombre de indudable nobleza y clase como Jaime, Jaimito, Jaime, poniendo como excusa alguna dependencia que otra (¡qué ruines y qué hipócritas podemos llegar a ser los españoles!). También hay quien tira con bala e indica que los problemas son otros, más bien vinculados a asuntos de alcoba, o sea al chaperío y a la indecencia, cualidades estas impropias de un miembro de la realeza que se vista por los pies, al parecer (insisto en lo de la ruindad y la hipocresía). Desde La Estufa queremos romper una lanza por este Marichalar hipotético del alterne y el amor de hombre: qué más que un reconocimiento no oficial por parte de toda la sociedad española como agradecimiento por haber desempeñado durante trece años el sacrificado papel de hombro en el que llorar a servicio siempre de una infanta que, aún encima, lucía fea y desagradable.

Don Jaime de Marichalar es un héroe nacional y apuesto y multimillonario que va a trabajar vestido con cuatro bufandas de distintos colores al volante de un patinete eléctrico; éste debería ser motivo de sobra para que, independientemente de lo que haya podido entrar o salir por sus orificios corporales —ya sean de índole nasal o rectal—, aprovecháramos la oportunidad que la triste actualidad nos brinda reivindicando su figura como mito indeleble en la historia, casi siempre amarga, de nuestra realeza. Y si no, bien podríamos darnos por satisfechos con la otra cara de la moneda, que es tricolor y viene a anunciarnos el declive final de la institución más valorada por los españoles, porque perdemos un consorte, sí, pero ganamos un gran hombre, Marichalar, con o sin patinete, con o sin duquesado, con o sin riego sanguíneo, Jaime, Jaimito, Jaime, bigger than life y la madre que lo parió.

viernes, noviembre 02, 2007

Yo también quiero ser como Jimmy Giménez Arnau [cortometraje]





-Diario de rodaje de Kristen Kerr, actriz sueca con matices-


Lunes 30 de Abril
Berto, el director de la película, se ha presentado en mi camerino con canapés y un Ribera del Duero sin descorchar. Hemos hablado sobre la serie Senfield y sobre Jesús Mariñas. Yo no sé quién es Jesús Mariñas, pero me he hecho la interesante y creo que mañana me llevaré los mejores planos en la sesión de rodaje.

Martes 1 de Mayo
Hoy en la lectura de guión Berto no ha parado de hacer cambios en mi texto, y el productor se ha puesto muy nervioso. Berto quiere que hable en ucraniano durante la mitad de la película. Sin subtítulos. Y también que me pongan una lentilla en el ojo izquierdo para que parezca de cristal. Y que me haga la coja. Yo no estoy muy convencida. El productor no para de llorar y gritar cosas por teléfono. Está muy nervioso.
Durante el rodaje se ha roto no sé qué pieza de no se qué cámara y todos nos hemos reído mucho. Ja, ja. Al final conseguimos acabar la escena a pesar de que Berto no paraba de gritarle a Edgar, el actor protagonista, porque no sabía pronunciar bien la palabra 'truhán'.

Miércoles 2 de Mayo
Hoy Berto se quedó encerrado en su camerino porque estaba borracho y no sabía quitarle el pestillo a la puerta. Se respiraba como tensión en el ambiente. Al salir me tocó los pechos y me preguntó qué podía hacer para arreglar su disfunción eréctil. El productor me sacó del apuro llevándoselo al restaurante más cercano para comer algo y quitarse la resaca. A la vuelta ya estaba mucho mejor, y pudimos rodar una nueva secuencia en la que había baile y destrucción. Al final de la jornada Berto la estuvo revisando una y otra vez con su montador. Tras dos horas encerrados en un cuarto oscuro, decidió despedirlo. Yo mismo montaré la película, dijo. Y se volvió a emborrachar, esta vez al aire libre y despojado de toda la ropa a excepción de dos calcetines blancos. Fue muy vergonzoso. Para todos.

Viernes 4 de Mayo
De nuevo hay cambios en el guión. Berto asegura haberse levantado inspirado y ahora quiere que la película se ambiente en París y que haya enanos, muchos enanos. Ha exigido enanos para que canten y bailen mientras nosotros nos tomamos la acción tranquilamente en set de rodaje. Además, ha añadido un nuevo personaje que interpretará él mismo, el Doctor Pelota. Berto exige un bombín y una barba falsa para desarrollarlo según el Método Stanislavski. Dice que si no le facilitan el atrezzo tirará el proyecto a la basura. Que sin bombín y sin barba falsa (la barba ha de ser larga y gris, por cierto) no hay película. Que sin el Doctor Pelota nada tiene sentido. Y que somos todos imbéciles.
Bilma, mi compañera de reparto, se ha echado a llorar porque su novio la ha dejado por teléfono. Pobre.

Martes 8 de Mayo
Finalmente hemos borrado del guión los personajes de Johnny the River (un enano sociópata y homosexual) y el Doctor Pelota. Ahora trabajamos sin guión. Berto dice que estamos haciendo postcine. No para de repetir esa maldita palabra. Postcine.
La odio.

Miércoles 9 de Mayo
Trabajar improvisando es agotador. Hoy Berto ha roto vasos y micrófonos y despedido a un iluminador y vomitado ensaladilla rusa porque asegura estar viviendo un calvario interior. Cree que la película es demasiado personal como para confiársela a unos analfabetos inútiles como nosotros. En petit comité asegura arrepentirse profundamente de haber despedido a Gómez el bajito, humorista mexicano que interpretaba a Johnny the River y único miembro del reparto que al parecer comprendía la totalidad del espíritu de su obra.

Viernes 11 de Mayo
Último día de rodaje. Todos estamos felices de que al fin se acabe esta mierda. Berto se ha pasado todo el día haciendo grandes angulares y repitiendo planos de objetos y ciervos masticando musgo. Es arte, dice.
En mi última escena tengo que desnudarme y gritar: "¡Estas tetas son horrorosas!" mientras escupo yougut, y yo protestaría pero prefiero acabar esto cuanto antes y largarme de una vez a mi casa con mi gato y con mis muebles.

Miércoles 17 de Octubre
Hoy se ha preestrenado la película en una mansión lúgubre situada en la periferia de Santiago de Compostela. Por cierto, que ya no se titula Lesbianismo Letal, sino Yo también quiero ser como Jimmy Giménez Arnau. Originalmente duraba dos horas, pero ahora la han convertido en un cortometraje . "Un cortometraje de autor", dice el cartel. Sí, ya. Como todos.
Berto ha reducido el metraje a una escena absurda intercalada con imágenes de un señor mayor haciendo gestos absurdos. Nadie sabe quién ese ese señor mayor. En la escena suenan unos efectos de sonido muy divertidos que creo que son lo mejor de la película.
También han doblado nuestras voces para que suenen con acento latinoamericano. A mí ya todo me da igual. Cobrar sigo cobrando la misma puta miseria.

Jueves 1 de Noviembre
Resulta que han seleccionado el cortometraje para el Festival de C****s. Ha sido todo un bombazo. La crítica no para de darnos estrellitas.
Hoy han entrevistado a Berto en EL PAÍS. El titular es el siguiente: "No hay que entender mi película, hay que experimentarla." A raíz de todo esto he recibido una oferta para participar en Prison Break sustituyendo a la Doctora Tancredi, pero me temo que tendré que rechazarla porque Berto me ha pedido que protagonice su próxima película, un largometraje sobre masones basado en una novela escrita por él, y yo soy una persona leal. Berto me ha dado el éxito, la fama y el prestigio profesional. Soy quien soy gracias a su desbordante talento. Es un genio, un creador iluminado. Y no puedo fallarle.
free web stats
.