sábado, febrero 24, 2007

La Estufa entrevista a Slavoj Žižek



La primera pregunta que le hago a Slavoj Žižek, filósofo transgresor y psicoanalista acerado, ideólogo laconista y eminencia teórica de la exégesis simbólica, el comunismo y la cultura popular, versa acerca de su primera impresión al pisar suelo español. Su respuesta no puede ser más sorprendente; tras dejar su abrigo entre mis brazos, reposa cual corsario los puños en cada extremo de sus caderas y olfatea con profundidad circunspecta: Ese olor... ¿qué es? ¿olor a aceite, o a Marruecos?, dice. Atónito, miro a mi alrededor. ¿Puestos de fritanga? No. ¿Top Manta? Tampoco. Ni aceites ni moros. No sé, respondo, creo que España en general huele así. Saca un caramelo, se lo lleva a la boca, y dándome una fuerte palmada en el hombro izquierdo me dice que eso mismo era lo que se temía.


FICCIÓN Y REALIDAD

Dígame, ¿podríamos escribir una novela policíaca con cualquier elemento intrínsecamente ligado a la realidad?

No, por supuesto que no. Podríamos escribir una novela policíaca con cinco o seis puntos básicos intrínsecamente ligados a la realidad, cinco o seis puntos que bien podrían ser cien, o doscientos. Pero no todo puede ser desnudado por la imaginación humana, que es, como sabemos, muy pobre. Los humoristas gráficos describen siempre el cerebro del hombre como un pequeño puzzle de ideas, o, a veces, de conceptos. Ya sabe a lo que me refiero, dibujan el cerebro y lo rellenan con porcentajes X de sexo, o de cerveza, etc, y así hacen el chiste; el de la mujer, en cambio, suele ser más complejo y repartido, con tantas dosis de moda, tantas de cultura general, etc. Sin saberlo, estos humoristas gráficos están trazando un perfecto mapa sobre la imaginación, como ya he dicho, pobre, del ser humano. Ahí, realmente, el cerebro y sus funciones mera y vulgarmente médicas, psicosomáticas y neuronales, no pintan absolutamente nada, pues es sólo un camino hacia la idea y, a veces, el concepto. Pues bien, con esos porcentajes caricaturescos se podrían escribir cien mil novelas policíacas más. Y se podrían hacer otras cien mil películas. Y, por que no, organizar unos cien mil partidos políticos.


¿Sabe una cosa? Llevo durante más de un año haciendo vida activa en internet: blogs, foros... Y creo que que me está influenciando más esa realidad virtual en la realidad real, que lo que la realidad real me tendría que influir en la virtual. ¿Es lógico?

Claro que lo es, es lógico y positivo. Bueno, de hecho es lógico por su propia ilógica, es decir, forma parte del tiempo en los que vivimos usted y yo. Nos precipitamos hacia un cambio, una inversión; en la vida social, las redes simbólicas circulan alrededor de los núcleos de lo real; esto sucede en una segunda vida paralela virtual, e influye en el advenimiento de los futuros como respuesta pleonástica, esto es, como un juego de espejos que se responde a sí mismo. Le felicito por la valentía de haber asumido esas influencias como verdaderas.

SIMBOLISMO

Gracias. Dígame, ¿es fetichista?

No demasiado. Soy ilusorio, y en principio fui un joven muy romántico. Pero con el tiempo he adquirido una mirada más amarga sobre la vida. Pero, digamos, tengo confianza en el fetichismo. Lo entiendo, por supuesto que sí, claro.

¿Cree que todos los objetos ocultan lo mismo, que tienen un tienen un nexo subyacente en la realidad común?

Para nada afirmaría tal cosa de manera categórica, pues sería arbitrario. Sin embargo, existe la ciencia del azar, que entrelazando sentimientos, pálpitos humanos, pertenecientes a las ideas - y a veces a los conceptos - que conforman nuestra realidad imaginaria - y por tanto nuestra realidad real -, pueden llegar a tejer verdades interconectadas, tomando la verdad como un absurdo científico.

¿Qué límites tiene o debe tener la libre interpretación de lo real?

No lo sé... ¿ninguno? El psicoanálisis enseña que la realidad no ha de ser vista como una narrativa, sino que el sujeto ha de reconocer, soportar y ficcionalizar el núcleo duro de lo real dentro de su propia ficción. No hay que asumir el diálogo sinóptico con la realidad del individuo como un mero artiluigio para ahondar en lo irreal, pues el surrealismo es sólo el principio geométrico de una amplia gama de ficciones posibles.

Entonces, ¿qué supondría la supresión de dichas fronteras en términos psicoanalíticos?

Podríamos parafrasear la conocida inversión lacaniana de Dostoievsky (“Si no hubiera Dios, nada estaría permitido”): si no hay ninguna elección forzada que limite el campo de la libre elección desaparece la propia libertad de elección. Esa suspensión de la Autoridad (simbólica) es el rasgo crucial de lo Real que se adivina en el horizonte del universo ciberespacial: el momento de la implosión, cuando la humanidad se encontrará ante el límite imposible de transgredir y se disolverán nuestras coordenadas de nuestro mundo en la vida social. En ese momento desaparecerán las distancias y cualquier información, ya sea texto, música o vídeo será accesible a través de la interfaz. Pero el reverso de tal abolición de la distancia provocará una claustrofobia insoportable, el exceso se hará sentir, la multiplicidad de las elecciones disponibles dará lugar a una imposibilidad cada vez más creciente de elegir. Además la comunidad participativa será cada vez más excluyente con quienes no puedan acceder a ella. Tras la utopía de un ciberespacio que abre el campo de lo ilimitado en sus ofertas asistimos en verdad a la era de una imposición sin precedentes.

SOCIALISMO

En el socialismo real, según escribió usted, el ideal era la construcción de un "hombre nuevo", pero quienes creyeron honestamente en él terminaron siendo considerados como individuos peligrosos por el sistema, que en realidad exigía ciudadanos complacientes.

Claro. Hay gente que cree que en este sentido el socialismo fue un enorme fracaso. Nadie se tomó en serio el verdadero propósito. No fue un fracaso: verdaderamente querían eso. Eslovenia es un pequeño país, una especie de pueblo grande donde nos conocemos todos. Dos o tres personas próximas a mí perdieron su trabajo en el comité central del partido por tomarse demasiado en serio el ideal de "hombre nuevo".

¿Y cuál sería el ideal humano que corresponde a nuestra democracia liberal y a su cultura posmoderna? ¿Y qué es lo que se pretende con ese ideal?

Está muy de moda decir que la desintegración del comunismo en 1989 significó el fin de la utopía y el ingreso a un mundo "post-ideológico". Sin embargo, los años 90 señalaron el surgimiento de una auténtica utopía. Con el capitalismo liberal ya tenían la fórmula. Todo lo que necesitaban entonces era difundir una actitud posmoderna: nada de identidades fijas. Esa fue la utopía. Si el 11 de septiembre de 2001 tiene un significado simbólico, es justamente el de marcar el final de esta utopía. De manera que, para mí, la verdadera utopía fue la de los años 90. Teníamos todas las respuestas. Debíamos olvidar la revolución porque vivíamos en el mejor sistema posible. Lo que nos hacía falta era más tolerancia, multiculturalismo, libertad sexual. Esto terminó el 11 de septiembre. Pero hay otro aspecto importante. Muchos izquierdistas, bajo la influencia del postmodernismo, piensan que estos valores —multiplicidad, libertad para elegir y reinventarnos a nosotros mismos— constituyen actitudes subversivas y revolucionarias, como si el poder defendiera aún valores conservadores.

CINE

Usted afirma que el cine describe las relaciones sexuales entre mujeres y hombres, y se interesa por el papel que en él cumplen las catástrofes y la identificación de aquellas situaciones que ponen en marcha los mecanismos de censura propios de la industria cinematográfica.

Sí, exacto. Un buen punto sobre el que podría trabajar algún estudiante de cine es el siguiente: ¿cuándo fue representado por primera vez el acto sexual en Hollywood directamente? No me refiero a la pornografía, sino al momento en que una película dio claros indicios de que la pareja haría el amor, más allá de mostrarla abrazándose o besándose. Me atrevería a decir que esto no ocurrió antes de los años 60. El Hollywood clásico siempre ha codificado ese mensaje. Por ejemplo, que después del abrazo de una pareja se produzca un fundido a negro o que uno de los personajes aparezca fumando significa que han hecho el amor. El cine actual, por otra parte, también permite ver claros ejemplos de lo que puede ser una relación traumática. Según Freud, lo que él llamaba trauma estaba más cerca de la fantasía que de la realidad. El trauma no es, simplemente, algo horrible que le sucede a alguien en la realidad, sino que en el trauma la fantasía siempre juega un papel importante, ya sea por su presencia o por su ausencia. La escena de la película de Michael Hanecke La profesora de piano, en que el personaje interpretado por Isabelle Huppert hace el amor con su alumno, ilustra una relación sexual traumática debido a la ausencia de fantasía: ella yace inmóvil e inexpresiva, como si estuviera muerta. Es horrible. En cambio, en Corazón Salvaje, de David Lynch, el desplacer llega por la vía opuesta, en la escena en que el personaje de Willem Dafoe obliga al de Laura Dern a que le pida que tenga una relación sexual y cuando ella lo hace él ríe y se va. Es la situación humillante de la fantasía sin acto sexual.

¿Hay una conexión entre la forma en que el cine destinado al gran público muestra las relaciones de pareja y el funcionamiento de la censura?

Clarísimamente. Me interesa mostrar qué formas de lo real están prohibidas por la censura. Samuel Goldwin decía que aunque se mostraran excrementos no se debía sentir el olor: lo material no debía ser mostrado de un modo brutal. El sexo fue más censurado por Hollywood que por el peor estalinismo.

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Slavoj Žižek, muchas gracias por hablar para La Estufa.

Ha sido un auténtico placer.

martes, febrero 20, 2007

Luixy Toledo: el post prometido

El cantautor, el creador, el mito, el ídolo. El hombre. Este post es una cuenta pendiente que no podía dilatarse más en el tiempo por culpa de la indolencia de un servidor; particularmente, le debo mucho a este hombre, a nivel humano y profesional, y sería poco menos que un crimen dejar pasar la oportunidad de homenajearle en este mi (nuestro) BostaBlog.

BIOGRAFIA:
(La mayor parte del texto que recoge la vida y obra de Luixy ha sido plagiado descaradamente de la página oficial del artit-ta)

Se llamaba Luis Valverde Resino cuando llegó al mundo un 25 de agosto de 1950; ese día no se sabía quién brillaba más, si él o las farolas.
Asegura que sus pasión por la música le llegó antes que los dientes de leche. Me escapé del colegio donde estaba interno para ir a ver a los Beatles en el año 65, recuerda con nostalgia. Y fue en ese año cuando empezó a coquetear con sus primeras actuaciones, hasta llegar a formar parte de "Los Aracaris" en 1968.

Luixy, en el centro, como siempre, marcando la diferencia.

Un buen día, descubrió que era coetáneo de Michael Jackson, un chico negro que parecía despuntar en el mundo de la música, y porquien Luixy sentía profunda admiración. En 1969 le envió una foto de su pueblo, otra del grupo y trece canciones. En el año 1974 le volvió a enviar 16 temas, esta vez a su casa de discos. En ambas ocasiones Luixy envió el tema "Exorcismo". No recibió nunca contestación; no obstante, su sorpresa fue mayúscula al descubrir que su pequeña joya había llegado al puesto número 1 en ventas en todo el mundo, bajo el título de Thriller y de la mano de Michael Jackson.
Desde entonces, y asistido por varios documentos que así lo atestiguan (por suerte Luixy registró su tema en 1974, mientras que Thriller consta como tal desde 1981) mantiene su particular cruzada en busca de el reconocimiento que se merece. Fue entonces cuando se dio a conocer a través de sus polémicas intervenciones en programas como Esta noche cruzamos el Mississipi, El puente, o Crónicas Marcianas donde, además de asegurar con rotundidad haber vivido en Marte hace doce mil años y explicar sus experiencias sexuales en el planeta rojo, aprovechaba la menor ocasión para dejar claro que él era un cantautor, denunciando haber sido víctima de un plagio por parte Michael Jackson. Durante esta etapa de focos y fama, en la que deambulaba por los medios chupando plano cual Mocito Feliz, conoció a tres bestias pardas de la España de entonces, a los que les dedicó una lindo son: Gil, García y Carrascal, un trío fenomenal.
Por aquellas fechas también participó en un debate en la Telemadrid pre-Espe, la mejor Telemadrid, la de Ximo y los sillones enlabiados; allí narró sus peripecias místicas ante la incredulidad de Shangay Lili, envidiosa (e insidiosa) perra donde las haya: Luixy VS Shangay.

Partitura original de Exorcismo

En un primer juicio internacional se dictó que todo era debido a una coincidencia... ¿alguien se lo cree? Gracias a la mediación de su buen amigo Santiago Segura, la BBC grabó un reportaje del caso durante la actuacción de M.J. en Valladolid. El vídeo se vio en todo el mundo, lo que no hizo ninguna gracia a los abogados de Michael, que lo negaron todo.
Sin embargo, a día de hoy no se ha hecho justicia: Thriller además de tener 9 compases iguales, letra de temática similar e idénticos efectos de ultratumba que el original de Luixy, sigue sin ser considerada como un plagio.

Ahora, comparen ustedes:
**Exorcismo**
**Thriller**

Por último, observen el collage audiovisual que un internauta ha realizado con el famoso y archiparodiado vídeoclip del éxito de Jackson al son de la música matriz de Luixy:


A pesar de los litigios, el cruce de acusaciones entre ambos y la algarabía mediática que rodeó el conflicto entre estos dos monstruos, Luixy Toledo sigue admirando con fervor al ex rey del pop. Como prueba de cariño y afecto, esta coplilla:



Si algo caracteriza la discografía de Luixy Toledo es su compromiso con los problemas índole social. Nada se le escapa al cantautor, que ,ávido de historias que contar, recorre las calles de Madrid olfateando entre la marginalidad para denunciar problemas tan cercanos y tremebundos como la droga y sus efectos devastadores.



Dentro de esta temática también se encuentran Miedo al SIDA y Vivimos en la calle, de idénticos matices bucólicos y sensuales.

Sin embargo, su verdadero leit motiv, la partícula generatriz de sus mejores y más conocidos temas, se halla sin duda en las páginas de sucesos. La piedra filosofal de su inspiración está en las pequeñas desgracias humanas, en los dramas y siniestros que surgen de entre las sombras y caen como jarros de agua fría en la España más blanca de la España negra. El desolado paisanaje castizo, sus más horripilantes crímenes y masacres, desde la violación de unas criaturas inocentes a manos de un perturbado hasta la intolerancia terrorista, componen buena parte de la lírica Luixysta; él es de los pocos seres capaces de extraer oro de las más escabrosos y macabros acontecimientos, pues comprende que la farándula del terror forma parte elemental dentro de la tradición cañí: del circo carpetovetónico que este país es capaz de engendrar a raíz de las desgracias humanas, políticas y sociales, nacen esta obra maestra dedicada a las niñas de Alcasser.



Hipnótico. Dentro de este género, encontramos también el patriótico alegato anti etarra ETA, ASESINA!, y una emotiva despedida a la fallecida princesa diana, Mi adiós a Lady Di.
Este tema dedicado a Diana de Gales estuvo a punto de formar parte de un documental de la BBC sobre la figura de la princesa; finalmente, fue desechado. Algo parecido sucedió con Santiago Segura, quien prometió al artista incluir su tema Torrenteen la BSO del filme sobre el carismático personaje, para acabar dejándolo plantado.

Como nota emotiva, un conmovedor unplugged dedicado a los marcianitos que Luixy asegura haber conocido en una de sus reencarnaciones. Fuerte aplauso para EN MARTE HAY VIDA:


Y hasta aquí puedo leer, plagiar, inventar y recopilar. El resto lo dirá el tiempo, quien seguro, algún día, reconocerá al fin el valor de este genio, este ilustre poeta que encuentra su parnaso entre las páginas de EL CASO. Ahora, dice, está absorto en la composición de un tango dedicado a los chicos del foro estufero. Suerte y vino, Luixy. Suerte y Vino.
¡Fiera!
Luixy, intentando encontrar algo que rime con "Pepegut".

lunes, febrero 19, 2007

Canción Gallega (I)

Estoy viejo. Mi atlético cuerpo no dice lo mismo, pero ver la vida pasar delante de este azul cristalino que, con los años, se tiñe de verde laguna, le hace a uno reflexionar. Mis ojos han sido testigos de puñados de acontecimientos histórico-culturales que bien podrían dilatar a estocadas de gigante la tradición y leyenda del bizarre estufero con letras de bronce y perfume de anís del mono; no obstante, queridos, prefiero haraganear como una musaraña pastora en mi sofá de piel de mamut, mientras la telesangre desfila por el plasma y mi reflejo se deforma en el vidrio de una Heinekken. Así de tristes parecen preverse mis próximos – últimos quizá – años de vida. Pero hay algo que me remuerde por dentro, y no es la conciencia (ese grillito recibió su merecido hace un par de décadas). Y es que, al igual que sucede con los gorilas, aquellos héroes que arrastramos con orgullo una descomunal, excesiva y galvánica trayectoria vital, sentimos la necesidad impetuosa de batir nuestros puños contra el pechamen con furia y hombría por última vez, justo antes de expirar nuestro último hálito de vida, cayendo inexorablemente en el agujero negro del olvido. He aquí mi último rugido gorilesco, el definitivo poema que mis entrañas pueden regurgitar en este estado de gris indolencia en el que hallo estancado…



Dicen que todos, antes o después, volvemos a nuestros orígenes. Les seré sincero, siendo Tojeirista convencido como soy, no acabo de sentirme cómodo con mis raíces galaicas; ni desde el punto de vista político ni social me identifico con lo que llaman cultura gallega. Sin embargo, con el paso del tiempo he aprendido a tamizar las flores de entre el estiércol más aparentemente repugnante; como en todas las disciplinas, el reverso tenebroso ha acabado por seducirme. He aquí mi selección del material más distinguido del folclore musical para aldeanos y gañanes errados en tierra de Fraga:

Para empezar, habría que ilustrar al neófito sobre el máximo exponente de la llamada telegaita, quintaesencia tridimensional de la cultura aldeanogalaica; hablamos, por supuesto, de Luar. Trece años llevan en antena exhibiendo mal gusto (del mal mal gusto, no sé si me explico), humor de sal gruesa para paletos, bailes regionales, revivals de ancianidad, y playbacks a tutiplén. Para entendernos, es un Noche de Fiesta a la gallega. Como tradición reciente y tristemente caducada, el espacio finalizaba con la interpretación in performance por parte de todo el equipo de la canción O Candil, himno oficial de esta cultura pedestre que desde La Estufa reivindicamos.


El presentador, una suerte de geriatrico-paternaire lleno de buenos sentimientos y mimitos, es Xosé Manuel Gayoso. O Gayoso, a secas. Todo un hito, icono erótico septuagenario y maestro de ceremonias idóneo parabodas, bautizos y comuniones, es el hombre orquesta que José Luis Moreno nunca pudo llegar a ser. Conoce a todo el mundo y todo el mundo le conoce a él; es el amigo ideal de la folclórica, el soporte mediático preferido para el famoso quemado después de Juanito el Golosina y Jesúsu Quintero. Un ejemplo de su arte, incluso a a hora de encajar críticas:


Que poca clase, dioses. Pero Gayoso... que plomo, que porte, que profesional. ¡Qué tablas! Diplomática Carmen Flores, que responde: menos mal que los insultos han sido para ti. En fin, prosigamos con unos ejemplos más de la cultura de pachanga que promueve la TVG (televisión de Galicia):

* ¡Marta Sánchez cantando en galego!! Muahahahahaha...
* Os Tonechos, el dúo humorístico que da el golpe de gracia a la tercera edad en Galicia con una última carcajada. Humor fino y sofisticado: ejemplo[1]; ejemplo [2]; ejemplo [3].
* Y otro momento tenso, en el que unos jovenzuelos maleducados interrumpieron (e invadieron) el programa pidiendo la dimisión del gobierno fraguista como consecuencia de la catástrofe del Prestige:
Nunca máis en Luar.



Una vez repasado, a groso modo, el elemento reactor de la parafernalia folclórica más carnavalesca e histriónica de la que dicen es mi cultura, de manera general, sentamos nuestras posaderas para individualizar, dejar de de hablar en abstracto, y centrar la atención en algunos de los personajes más representativos.

ANA KIRO
Peazo artista. No es una diva, es LA diva de la canción gallega. El topicazo musicalizado, eso es Ana Kiro. Atención a su versión de conga gallega, pantorrillas al aire y morenazo tipo zaplana bajo los focos:


Increíble su danza de la epilepsia, inceríble su chorro de voz e increíble su físico de macizorra. Una faceta que muchos desconocen de Ana es la de presentadora de televisión. Cuando en este país Patricia Gaztañaga aún se secaba las primeras menstruaciones, Anísima ya había inventado el primer talk show: Tardes Con Ana. En él, la rubísima mujerzuela hacía llorar a ancianitas enlutadas reuniéndolas con familiares emigrantes, y contaba con colaboradores tales como Cañita Brava (quien la bautizó como Anakiro, así todo junto) y Toñito de Poi (ex Herdeiros da Crus), para la realización de un debate social.
Más: Ana Kiro canta O Candil junto al vidente Santi Molezún.

XIL RÍOS
Esto ya son palabras mayores. Como un punzón oxidado en el estómago tendrían que sentarle a Antonio Canales, Rafael Amargo y Farruquito la espontaneidad eléctrica de este emblema septuagenario, esta máquina del baile y la canción popular, este tótem sardónico capaz de reinventarse a sí mismo en cada nueva actuación.



Más, siempre MÁS:

MARUXIÑA


Versos destacados:

Teño unha moza en Rianxo,
que ela bonita non é;
pois cando me ensina os dentes
non sei se está rindo ou trabarme quer.

Tengo una novia en Rianxo,
que ella muy guapa no es;
pues cuando me enseña los dientes
no sé si se ría o me quiere morder.

Miña miña Maruxiña,
miña muiñeira meu ben,
que se a ti che gusta a gaita
a min o pandeiro gustame tamén.

Mi Maruxiña,
mi muiñeira, mi cielo,
que si a ti te gusta la gaita
a mi también me gusta el pandero*.
____________
QUE BURRIÑO QUE MERQUEI


Versos destacados:

Merquei un burro, señores, que maliño de verdad,
cando lle levo a comida vaia patadas que da.
As rapaciñas do pobo debenlle de caer ben,
deixalles montar a todas e paséaas canto quer.

Compré un burro, señores, que malo de verdad,
cuando le llevo la comida vaya patadas que da.
Las chiquillas de mi pueblo le deben caer bien,
les deja montar a todas y las pasea cuanto quiere.


________________

Y esto es todo por hoy; les espero en el próximo episodio.
Gracias por acompañarme en este autoexorcismo, desde hoy me siento un poco menos nadoculpable. Espero poder continuar pateando en los higadillos al que le saben a hierba los nombres de mujer y sus secuaces, necios y botarates, poetillas de papel de fumar. Vivan Luxiy Toledo, Xil Ríos y Cañita Brava. Abajo Isabel Pantoja, arriba Anakiro. Puto Serrat, puta Ana belén, putos comunistas.
Y por dios, un monumento para Gayoso. Pero ya.

sábado, febrero 03, 2007

Penélope Cruz: más freaky que Tamara (la mala)

[[ADVERTENCIA]] Esto no es lo parece. No hallarás aquí una letanía de adulaciones fáciles o artimañas insidiosas con objeto de desprestigiar a la actriz. El artículo que estás apunto de intentar leer no pretende ser del montón, o de uno de los dos montones, diferenciados entre los que encumbran al olimpo de las divas a Penélope Cruz y quienes la condenan a las tinieblas de la mediocridad interpretativa. Al autor de estas líneas se la trae bastante floja el etiquetado espartano al que se pueda someter a la actriz, para bien o para mal. La intención de estas palabras cursa por otros cauces, pues para La Estufa Eléctrica la artista es, sobre todo, un icono del bizarre castizo, y dado que en estos momentos está de rabiosa actualidad se merece un sentido homenaje.




Penélope Cruz está de moda. Está de moda babosearle el nombre entre alabanzas; también lo está cuestionarla como actriz y producto mediático; están de moda su imagen, su figura, sus labios, sus curvas y sus tetas. Cuando ese peluche catalán, gran falacia humana y cretino cinematográfico llamado Bigas Luna, realzó sus prietas carnes para el deguste del apetito morboso ibizenco medio en ese irritante filme llamado Jamón Jamón, nació una nueva estampita del onanista. Ahí, entre la pelusa púbica del Javier Bardem más mediterráneo, envuelta en un vertical polvazo que ya forma parte de la historia del cine español, vio la luz un icono emblemático para todo aquel legionario de la carne que lea las revistas del cuore a una sola mano y acuda al cine siempre desde la última fila. Amenábar - otro necio de las artes, aunque este sea más tapón y esmirriado -, Hollywood, Matt Damon y el Vainity Fair hicieron lo imposible por, involuntariamente, desexualizar el lozano mito. Penélope Cruz se ciñó el corsé de la comercialidad absoluta y dio la razón a todos aquellos que la denigraban como actriz, y más tarde, cienciología y portada de mil revistas mediante, como persona. Ya nadie se acordaba de sus tetas. Ya nadie se acordaba de sus labios. Ningún estudiante de álgebra liberaba la tensión de un examen imaginando un encuentro entre su pollita y los sinceros muslos de la madrileña. Porque allí estaba Scarlett, y aquí Kira Miró, Pataky… ¿A quién le importaba ese deshecho artístico de boca de pato? ¿Por qué resucitar sus encantos habiendo una oleada inminente de pechuguitas tiernas a las que recibir en orgiástica bienvenida mediática? Nadie podía salvar a la que algún momento fue felizmente bautizada como Pe (quien sabe si como homenaje de sus legiones de fans, que impulsados por la fálica radiografía ambiental del filme de Bigas Luna decidieron otorgarle la primera sílaba de su elemento común de idolatría en ermitaño culto).



Un día, España se levantó con la noticia de que Pedro Almodóvar contaría con un reparto íntegramente femenino para su reconciliación consigo mismo hecha película: Volver. Encabezando el cartel, Penélope Cruz. El manchego había colaborado por primera vez con la actriz en Carne Trémula, donde agradeció a su director el regalo en forma de pequeño – aunque agradecido – papel con una interpretación radical, sobreactuada hasta el límite de la farsa como le gustan al papá de Pepi, Luci y Bomb. Más tarde vendría la sidosa de Todo sobre mi madre, donde Pe volvía a dar una lección de opereta en falso, comiéndose la pantalla cada vez que aparecía en ella, dilatando el recuerdo de su personaje – en principio anecdótico – a lo largo de toda la película. Estaba claro que sólo Almodóvar parecía poder obrar el milagro y sonsacar de entre las catacumbas de la indiferencia a una estrella del teatrillo de gignoles como Penélope Cruz, que habiendo adquirido con los años mayor atención mediática, e incluso una esforzada reputación como buena actriz, había dilapidado su carga sexual al servicio de las romerías de la alfombra roja. Y con Volver, con Raimunda, volvió a brillar. Seguía interpretando con el riesgo de las grandes, como los caracoles al filo de la navaja; lo hacía como el culo, hablaba como leyendo grandes cartelones, vocalizaba robóticamente y su expresividad emocional resaltaba con donaires zarzuélicos. Con una sobreactuación monstruosa, Penélope Cruz se reafirmaba ya no sólo como una actriz excelente, sino como una auténtica musa para el pajero recalcitrante, que una y otra vez se había visto decepcionado por gélidas interpretaciones capaces de emascular al más salido de los voyeurs, y al fin veía recompensada su fidelidad.

Cualquier academicista se indignaría con estas palabras, bien por besarle los pies a una actriz horrible por lo que él consideraría el mero hecho de ser horrible, o bien por hablar de sobreactuaciones refiriéndome a quien él ve como una actriz maravillosa. En cualquiera de los dos sectores, pro y anti Cruz, se deberían cruzar diferentes lecturas sobre este homenaje que desde L.E.E. le rendimos . No era otra nuestra intención. Porque este artículo ofrece una doble lectura en sí del personaje, y es que una mujer con su pasado merece cualquier beneficio de la duda en lo que a su arte a la hora de ejercer como actriz se refiere. No olvidemos las raíces de Penélope:

Ahí quedan sus pinitos. El germen del atroz Club Megatrix se halla en esta pequeña joya, un programa, La quinta Marcha, que Pe coopresenaba junto a Jesús Vázquez en el Telecinco de las mama chichos y las noches Y tal Y Tal. Más tarde, y para más inri, el gallego sería procesado por el caso Arnie, y empezó a especularse maliciosamente por parte de las revistas de la época con los juegos que el actual chico OT pudiese haber practicado con la joven chiquilla de los labios de embutido. Como sabrán, el caso se cerró y Vázquez quedó en libertad junto con el resto de implicados en el montaje. Pe, mientras, seguía creciendo como artista y como mujer:



No podría definir mejor este vídeo que mi amigo Artero, cuando soltó aquello de «Mi cantante lesbiana favorita, Ana Torroja de Mecano, se codea con esta canción "Fuerza del destino" con Penélope Cruz cuando todavía estaba comestible». Muy grande, Arty. Somos muchos los que alentamos a Penélope para que vuelva a los brazos de Nacho Cano, dándonos la razón a aquellos que la consideramos inconoclasta, zorriputa, trash, carne de paja y freak, muy freak. Y que emplee esa palabra hoy, día en que el término se ha tiranizado por el populacho y es empleado sin vergüenza por las señoras analfabetas y opulentas que compran merluza en la plaza, tiene mucho valor. Mucho.
Pero las relaciones con el mundo de la música de Pe no terminan ahí. Más allá del catre de los hermanos Cano se halla el lírico cosmos parnasiano de uno de nuestros poetas más prometedores; prepárense para el show del hermano pequeño de los Cruz, Eduardo, cantante con arte a quien su hermana define, "sin que me ciegue la pasión", como "un auténtico genio".



Una mujer capaz de perder la dignidad al lado de Jesús Vázquez presentando un esperpento catódico para críos, capaz incluso de hacerle el amor a Nacho cano. Una mujer, atención, capaz de recuperar el feeling sexual con el público al encaramarse a un culazo de plástico para aportar mayor mancheguismo a su personaje. Queremos que el solitario teenanger mancille su fotogramas con su esperma al pensar en tus curvas. Queremos que te conviertas en la próxima perversión fílmica de un tío que se folla a su hija. Queremos que ganes ese maldito Oscar. Porque eres mucho más de lo que dicen. Eres bizarra. Eres Estufa. No cambies, Pe, no cambies.

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